
El hogar de Ángel Antonio (México) fue terminado por la incerteza económica de la contingencia sanitaria, así que el pequeño de ocho años quiso poner de su parte y poner este negocio para colaborar con los gastos diarios de sus padres.
Todo lo que hacen los niños comprometidos tiene una cuota de ingenuidad y ternura que llega a calar hondo, sobre todo si se trata de ayudar a sus familias.
Los llevamos a Ciudad Obregón, en Sonora (México), donde un pequeño llamado Ángel Antonio quiso colaborar con su familia en tiempos de escasez y austeridad.

En su casa están con mala situación económica, así que Ángel —de ocho años de edad— decidió vender caramelos y dulces afuera de su hogar para recaudar dinero y así poder comprar sus útiles escolares. Alejandra, la madre del pequeño, acudió a sus cuentas de redes sociales para promocionar el emprendimiento del chico y ayudarlo a visibilizarse.
En las fotos aparece Ángel con una sonrisa en la cara, parado detrás de una mesa llena de golosinas de todo tipo. Las imágenes indican que el pequeño disfruta su venta y la encara con una sonrisa siempre, a pesar de estar en su período de vacaciones.

“Para él es un gran logro tener su mesita con dulces, él está juntando para su regreso a clases, aunque así dicen y lo terminan gastando en otras cosas, jaja.
Nuestra intención fue apoyarlo en su pequeño negocio, para que aprenda un poco de la responsabilidad que conlleva ganarse su dinerito bien”.