Haley Gentle no tuvo reposo postnatal en Estados Unidos y aunque hacía bien su trabajo, a sus jefes les incomodó que alimentara a un ser humano en horas laborales.
Conforme pasa el tiempo, nos damos cuenta que en todo el mundo las leyes laborales no son muy justas, sobre todo con las mamás. Cabe resaltar que ellas además de desenvolverse en el ámbito laboral, se dedican a sus hijos desde el día uno, pues los llevan con todo el amor durante el embarazo y al nacer esto no se detiene.
Lamentablemente, hay quienes no entienden y prefieren prescindir de sus trabajadoras a lidiar con un proceso natural, por el que esos jefes también pasaron al inicios de sus vidas.
Una injusticia relacionada con esto vivió Haley Gentle, quien tuvo a su bebé y debió volver al trabajo rápido, cuando el pequeño tenía poco más de un mes de nacido. No era algo que deseaba, pero tenía facturas por pagar y aunque fuera difícil, haría lo posible por mantenerlos.
Lo cierto, es que por más que se esforzara, el bebé necesitaba la atención de su madre y no era algo que también pudiese prorrogar.
Ella había decidido alimentar a su hijo con leche materna, sin embargo, eso no sería una dificultad para seguir trabajando. Extraería la leche y la guardaría hasta el momento de dársela a su hijo, pero para sus jefes eso no fue aceptable y terminaron despidiéndola.
Por fortuna, comenzó a buscar empleo y de pronto recibió muchas ofertas, comentó que encontró un trabajo en el que aceptaban que era una mujer lactante. Si bien trabajar con un bebé es algo difícil, ella lo que deseaba era ser respetada y que tuvieran consideraciones por tratarse de un bebé.