
Julián Gil llegó a Madrid para protagonizar uno de los papeles más importantes de su vida: el de papá al entregar a su hija Nicolle en el altar.
Hoy fue el gran día para él y toda la familia que viajó a Madrid para atestiguar la unión religiosa de su hija mayor y el español Íñigo Ariño en una ceremonia espectacular. Para Julián se trató de una doble emoción pues, además de entregar a la novia como lo hace un padre, fungió como su padrino.
Julián no pudo ocultar su cara de felicidad, nostalgia, orgullo y emoción durante toda la ceremonia que se llevó a cabo en una iglesia del centro de Madrid.

Nicolle, la novia, lució increíble con un vestido de cola larga, una corona y un lindo ramo de rosas blancas.
El actor aprovechó este hermoso ‘pretexto’ de la boda para poder ver a toda su familia que viajó desde su natal Argentina. La mayoría aterrizó en Madrid a principios de esta semana para, en conjunto, prepararse para el gran momento de Nicolle, disfrutar la ciudad en familia y celebrar la vida.

Pero Julián no iba solo. Valeria Marín, su novia, viajó con él para apoyarlo y estar presente en uno de los días más importantes de su vida.