
Después de 15 años de relación con Maki, a finales de 2018, Juan Soler y la actriz anunciaron su separación, una decisión que cambió la vida de ambos.
Aunque los actores continúan siendo muy cercanos y mantienen la relación familiar por Mía y Azul, sus hijas, el divorcio fue un proceso fuerte para ambos, por su parte, como nunca antes, el argentino confesó que tras regresar a la soltería pasó por una etapa en la que requirió terapia para procesar el duelo que representó en su vida el final de su matrimonio con la actriz.

Más sincero que nunca, Juan Soler contó cómo superó la separación de la mamá de sus hijas:
“Tuve dos años muy malos después de mi divorcio, llevo cuatro años divorciado, ya pasó, ya llovió, me pasaron dos años muy malos, sí estuve muy triste, la verdad, y estos últimos dos años empecé la adaptación y ya estoy muy adaptado, entonces, ahora sí no me saquen de ahí.
Yo creo que los que te dicen: ‘Lo superé yo solito’, te están ocultando algo, creo que sí se necesita la ayuda profesional, se la recomiendo a todos. Cuando uno cae en un pozo que no puedes salir es bueno buscar ayuda profesional, un psicólogo, una psicóloga”, confesó el argentino.

El actor explicó por qué quiso que su terapeuta fuera una mujer: “Yo busqué una psicóloga porque creo que la sensibilidad de una mujer es muy superior a la sensibilidad de un hombre”.